Elementos antrópicos

Muchos son los caminos que recorren el Parque Regional, caminos que nos adentran en la naturaleza de este espacio protegido, que nos traen recuerdos de tiempos pasados, cuando eran transitados por viajeros, comerciantes, ganaderos e incluso reyes. Cañadas, veredas y cordeles recorren el Parque Regional, recordándonos épocas en las que eran habituales los movimientos de ganado del valle a la montaña y entre las regiones del Norte y el Sur de la península en busca de pastos frescos y de temperaturas suaves. La extensa red de caminos, junto con las Vías Pecuarias, constituye un entramado de rutas que permiten conocer el patrimonio natural y el patrimonio histórico del Parque Regional. El nudo orográfico del Sistema Central en el que nacen el Eresma, Lozoya, Guadarrama y Manzanares era conocido en época tardorromana como Aquae Dirrama > Guaderrama, ‘divisoria de aguas’, por ser la separación de los ríos que van a dar al Duero y al Tajo. En época islámica el nombre fue reinterpretado por el árabe como Guadarrama - Wadi a-Ramel - ‘río del arenal’. Su curso rectilíneo era aprovechado por los cristianos en sus incursiones hacia Toledo, por lo que fue fortificado por los musulmanes con una serie de almenaras o atalayas - como la de Torrelodones- y un castillo o medina, fundado en el s. X con el nombre de Qalat Jalifa ‘castillo del califa’, cuyo territorio abarcaba todo el curso medio del río, coincidiendo con lo que hoy es Parque Regional. Lugar de paso de los caminos de Extremadura a PUENTES · Puente de Alcanzorla: situado entre Galapagar y Torrelodones, fue construido, probablemente en el s. X, para servir al camino militar que unía las atalayas o almenaras -como la más cercana, la de Torrelodones- que protegían a los musulmanes de las incursiones de los cristianos del norte. · Puente del Retamar: fue proyectado a finales del s. XVII y terminado hacia 1730, por el arquitecto Pedro de Ribera, autor también del puente de Toledo, en Madrid, para servir al nuevo camino, más directo, de Madrid a El Escorial, pasando por Colmenarejo, y a Castilla La Vieja, por Galapagar. · Puente de Herrera: el puente Nuevo o de Herrera fue construido en 1581 por Juan de Herrera, el arquitecto del Monasterio de El Escorial. El puente fue levantado, después de varios accidentes mortales en el vado que allí había, para que Felipe II pudiese cruzar el río sin peligro en su camino a El Escorial. · Puente del Herreño: el paso del Guadarrama por la zona de este puente aparece citado ya en 1249 y sirve a varios caminos antiguos, como la vía romana de Segovia a Titulcia y la Cañada Real Segoviana. El puente actual, obra de la segunda mitad del siglo XVIII, tiene tres bóvedas de arco escarzano, con dos tajamares coronados por dos cuerpos cónicos. · Puente del Aguijón: el puente sobre el que pasa la carretera de Extremadura fue construido entre 1797 y 1805, según planos del ingeniero Miguel de Inza. Originariamente tenía siete arcos con bóveda escarzana, pero los dos del extremo oeste fueron terraplenados después de ser volados en 1936, durante la Guerra Civil. · Puente de la Navata: del Molino o puente Viejo enlazaba el camino de Galapagar con Hoyo de Manzanares. Construido en época bajomedieval vino a sustituir al arruinado puente de Alcanzorla. Consta de tres arcos con bóvedas de medio punto de sillería que hoy apenas se pueden ver por estar casi ocultos por una pasarela de hormigón.

PRESAS Y MOLINOS Las aguas del río Guadarrama han sido aprovechadas para muchos usos a lo largo de la historia. Se han levantado presas, utilizadas para poder regar o hacer canales de navegación. Se han construido también molinos hidráulicos, que aprovechaban la fuerza de las aguas para moler los cereales. · La presa medieval de Móstoles: situada a la salida del Parque El Soto, en Móstoles, fue construida en época medieval para regar las huertas situadas aguas abajo, por los habitantes del pequeño pueblo de Arroyo de Viñas, despoblado en el siglo XIV. Se utilizó al menos hasta el siglo XVII. · Los molinos de cubo de Arroyomolinos: en el arroyo de los Combos, a su paso por Arroyomolinos, se construyeron, a partir del s. XIII, hasta siete molinos de cubo, algunos dobles, que aprovechaban las fuerzas de las aguas para moler cereales. A ellos acudían las gentes de la comarca para obtener la harina. · La Presa de El Gasco: levantada a finales del siglo XVIII, fue una de las primeras y más ambiciosas obras de ingeniería civil llevadas a cabo en España. Diseñada por el ingeniero francés Carlos Lemaur, la presa formaba parte de un faraónico proyecto que pretendía unir Madrid con el océano Atlántico mediante un canal de 771 kilómetros de longitud, que conectara los cursos de diversos ríos, desde el Guadarrama al Guadalquivir. Con sus 93 metros, la presa del Gasco habría de ser la más alta del mundo en aquella época. Pero el proyecto nunca llegó a finalizarse. La falta de financiación, las envidias, la complejidad de las obras y algo de mala suerte, hicieron que se abandonaran los trabajos cuando ya se habían construido 30 kilómetros de canal, se habían levantado 37 acueductos y la presa había alcanzado los 50 metros de altura. El derrumbamiento de buena parte de su estructura tras unas lluvias torrenciales fue el punto y final a la idea de buscar una salida navegable al mar para la capital del reino. CASTILLOS · Castillo de Batres: situado junto al actual Batres y rodeado de bellos jardines. Fue construido en la primera mitad del s. XV, como sede del señorío de Batres. En él vivieron importantes literatos, como Hernán Pérez de Guzmán, cronista del rey DonJuan II de Castilla y el gran poeta Garcilaso de la Vega. Actualmente es de propiedad privada. · Castillo de Villaviciosa: situado en el casco de Villaviciosa de Odón, fue iniciado en el año 1496 por los Marqueses de Moya, Andrés Cabrera y Beatriz Fernández de Bobadilla. En el año 1520 fue destruido por los comuneros, y años más tarde reconstruido por Diego Fernández de Cabrera y Bobadilla, Conde de Chinchón, quien encargó la obra al arquitecto de El Escorial, Juan de Herrera. En 1848 se instaló allí la primera Escuela de Ingenieros de Montes y desde 1972 es la sede del Archivo Histórico del Ejército del Aire. · Castillo de Villafranca: situado junto a la desembocadura del Aulencia en el Guadarrama, en el término de Villanueva de la Cañada. El edificio actual es de mediados del s. XV, siendo sus constructores Alfonso Álvarez de Toledo y su hijo Pedro Núñez de Toledo, señor de la villa de Villafranca y también de Griñón y Cubas. Durante la guerra civil, en 1937, fue gravemente deteriorado durante los fuertes combates de la batalla de Brunete. · Torreón de Arroyomolinos: es una estructura de planta rectangular, con esquinas redondeadas, de casi 20 m de altura, rodeada por unas estructuras defensivas recientemente excavadas. Se construyó, en el s. XV, como residencia señorial, terminada, hacia 1480, por Gonzalo Chacón, Señor de Casarrubios. · La Atalaya de Torrelodones: está situada en un cerro granítico, junto a la carretera de La Coruña. Debe su nombre al lodón, (Celtis australis), árbol de fruto comestible, amante de los suelos pedregosos. Su origen es islámico, fue construida en el siglo X como una de las almenaras o torres de señales luminosas -fuego y humo-, que formaban una línea defensiva contra los cristianos, al pie de los pasos de la Sierra de Guadarrama. El edificio consta de la torre cilíndrica de 11 metros de altura y un cuerpo lateral de planta rectangular, todo hecho de granito. · Castillo de Calatalifa: situado junto al Guadarrama, en el término de Villaviciosa de Odón, fue mandado construir por el califa cordobés Abderramán III con el nombre de Qalat Jalifa ‘castillo del Califa’. En el año 939 Abderramán se detuvo allí, camino de una expedición de castigo contra Castilla, y decretó su construcción después de haber observado el prodigio de un eclipse total de sol. Constituía un importante  puesto de control militar en el camino natural que subía por el valle del río, de Toledo a Segovia, poniendo en comunicación Castilla con Al-Andalus. Hoy en terrenos particulares, de él queda sólo una ruina arqueológica, en donde se pueden observar restos de una puerta de la muralla y los grandes aljibes que dieron al lugar el nombre popular de Cueva de la Mora

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